Por fin ha llegado el momento que el mundo de la moda llevaba meses esperando, el debut de Alessandro Michele en Valentino.
Estilista, creadora de contenido y futura periodista con especialización en moda
30/09/2024 – Tiempo estimado de lectura: 5 min
Con ganas nos quedamos de ver más desde aquel lookbook Resort presentado tan solo hace unos meses. Vimos un Valentino muy interesante, pero todavía no podíamos llegar a imaginar la que iba a ser, realmente, su carta de presentación. Pavillon des Folies ha sido el primer mundo Valentino Spring-Summer 2025 creado por Michele, un mundo donde hacemos una retrospección hacia los años de orígen de la casa, y con el que nos lleva de viaje a un desván de aquellos años 60. Un desván con el que trata de reflejar el significado completo de la colección, un lugar a donde acudir cuando quieres encontrar aquellos tesoros antiguos que alguna vez habías guardado porque sabrías que volverías a querer usarlos.
Como no podía ser de otra forma, la teatralidad característica del diseñador ha estado más que presente. Una teatralidad que ha conseguido mantener sin resonar demasiado en el minimalismo refinado con el que comenzó Valentino. Es cierto que, contrapuesta totalmente al minimalismo extremo de Pierpaolo Piccioli, en esta colección hemos visto combinaciones psicodélicas, con un cierto tinte bohemio, suntuoso, y, quizás diría yo imperial, pero en la que no faltan las referencias al archivo de Garavani.
Y no, no te hablo tan solo de los touch of Red Valentino con los que Michelle ha detallado varias de las prendas, ni de las siluetas limpias que resaltan la figura femenina que tanto han caracterizado la firma desde sus orígenes. Te hablo de ornamentación con pedrería, uno de los detalles más exquisitos que reflejan perfectamente por qué Valentino es una casa de Alta Costura. Te hablo del juego entre diferentes piedras, lentejuelas y vidrios de diferentes texturas, tamaños y tonalidades que añaden vida propia a las prendas.
Te hablo de los incontables motivos florales que el propio Valentino Garavani escogió personalmente como seña de su marca, todavía por aquellos años 60. Bordados que no están tan solo creados por hilo y una poderosa mano artesana capaz de hacerlo, sino que muchos llevan también lentejuelas incorporadas, creando ribetes que dan ese toque imperial del que os hablaba antes.
Michele además, no ha podido escoger una mejor época para guiar su debut en la casa Valentino. Los 60 no solo fueron la época en la que nació la firma, sino que también fueron años caracterizados enormemente por la opulencia y por el lujo. Estas tendencias de la época no sólo explican los ricos bordados de los que hemos hablado antes, sino otros detalles como la activa presencia de tejidos ricos, como visón, zorro o astracán. Tejidos que Valentino no utilizó tanto como prenda estrella de sus diseños, sino más bien como detalles incorporados, al igual que ha hecho Michele a través de bufandas complementarias y ribetes añadidos a las prendas.
Tampoco se olvida de las tendencias. Flecos, lunares y tules también han formado parte de este desván artístico de Michelle, con la diferencia de que, la forma en la que están combinados, hace que los percibamos menos como tendencia y más como uno de esos tesoros sacados del archivo de la marca, o como se ha referido Michelle a ello, del desván.
Y quizás ese desván de Michele sea, a partir de ahora, ese lugar a donde acudiremos para despojarnos de tanto aturdimiento de tendencias, de mil colecciones que dictan el futuro de nuestro armario, y que luchan entre ellas por conseguir ser la más viral. Una pasarela de temporada que ha sido más concebida como un espectáculo de moda.
Te hemos extrañado mucho, Alessandro.