Banner Operación Triunfo 2025

Operación Triunfo aterriza de nuevo este 2025

La Academia se encuentra calentando motores para su nuevo comienzo de curso El éxito provocado por Operación Triunfo 2023 llevó a la productora de Prime Video España a renovar una segunda edición del formato. Aunque en un principio los seguidores del programa estaban acostumbrados a que el programa fuera anual, esta vez han dejado un parón de dos años para que los concursantes de su anterior edición puedan desarrollar al máximo la carrera de los artistas emergentes. Operación Triunfo 2025 se estaría preparando para acoger a sus nuevos integrantes alrededor de los meses de otoño. Repitiendo de esta forma la fórmula utilizada por su anterior edición. La directora de la academia Noemí Galera ha publicado en las redes sociales de Operación Triunfo un mensaje para todos los fanáticos del talent show. Este 31 de marzo en todos los perfiles del programa se anunciará algo especial. Aunque Noemí no ha querido dar muchas pistas podría tratarse del plazo para presentar las OT Covers. Las OT Covers daban en los casting de la edición pasada los pases para no tener que hacer las largas colas que el programa tiene siempre en sus numerosos castings. Aunque tendremos que esperar al próximo 31 de marzo para ver cuál es el anuncio que tiene entre manos el programa. Si finalmente se tratan de las OT Covers, podríamos estar disfrutando de los castings a principios de mayo aproximadamente. Dejando espacio para el casting final en el mes de agosto o principios de septiembre. La edición 2023 tuvo castings en Barcelona, Zaragoza, Santiago de Compostela, Bilbao, Valencia, Las Palmas de Gran Canaria, Málaga, Sevilla y Madrid. Un variado repertorio de ciudades que hicieron llevar a la gala cero a dieciocho concursantes con un estilo propio que cautivó a millones de espectadores. Operación Triunfo 2025 llega precedido del éxito de OT23 Tras tres años de parón el programa buscaba una nueva casa para poder llevar a cabo una nueva edición. Prime Video abría las puertas al formato con una novedad que dejaba a los espectadores tradicionales una gran duda. ¿Cómo iba ahora a ser el concurso alejado de la televisión tradicional? Operación Triunfo había tenido sus tres últimas ediciones en televisión española, lo que había provocado un notable impacto en la audiencia con un público objetivo en su mayoría gente joven y estudiantes. Al mudarse a una plataforma de pago sembraba la duda de si esto iba a seguir teniendo la misma sostenibilidad. Lo que no se esperaban era que el éxito del programa iba a triplicarse. Al poderse disfrutar desde países de Latino América, la familia de Operación Triunfo empezó a crecer. Cuando apenas estaban en el ecuador del concurso el hashtag de Tik Tok superaba más de diez mil publicaciones. El éxito comenzó a dar la vuelta al mundo y fans de lugares como Estados Unidos o incluso Asia comenzaron a sumarse al fenómeno del formato. Tanto es así que en la plataforma de X, antiguo twitter, los usuarios consiguieron posicionar aún más el programa al comparar las actuaciones con la versión francesa del programa Star Academy. El programa consiguió ser uno de los más vistos en la plataforma de Prime Video. Con los distintos contenidos como las galas la noche de los lunes u OT al día con Xuso Jones, Operación Triunfo 2023 se consolidaba como la edición más popular de la historia de su formato. Tanto que se llegó a proyectar en las pantallas de Times Square, en pleno corazón de Nueva York, una forma para poder salvar a Chiara Oliver en su nominación contra Lucas. Una gira, un documental y un sueño Tras la salida del programa la productora siguió apostando por los jóvenes talentos y alargó el éxito con una gira que recorrió las principales ciudades de España durante los meses de verano, finalizando en Valencia. Además Prime Video documentó durante dicha gira todos los secretos de los conciertos y la magia que como grupo lograron forjar durante la academia. Un mix de risas, llantos, con un toque de amor y marcado por el ritmo que consagraban a Operación Triunfo 2023 como una de las ediciones más queridas entre los seguidores. Ahora cada uno de ellos se encuentra centrados en proyectos diversos. La mayoría ya ha tenido su primer contacto con la industria musical y están girando por diversas ciudades de España. Otros buscaron su lugar en otras facetas del arte como la actuación, y algunos están trabajando en música nueva que sus seguidores esperan con los brazos abiertos. Operación Triunfo quiere repetir este cóctel de éxito La Academia ha aprendido de sus errores y aciertos para esta nueva edición. Aunque este año todo apunta a un comienzo menos tardío, por lo que no sería necesario que salieran en Navidades. Esto fue una de las cosas que a los fanáticos del programa menos le gustaba, ya que al tener contacto con el exterior a medio concurso condicionaba la experiencia de los concursantes. Es por ello que el programa habría decidido empezar algo antes para evitar esto. Operación Triunfo 2025 podría también verse influenciado por el éxito de su anterior edición. Puesto que al igual que ya había pasado con otras ediciones como OT18 o OT2, aunque consiguió atraer a nuevos espectadores que se habían enganchado tarde, se solía comparar demasiado. Ahora será el turno de los nuevos 16 concursantes de volver a traer la magia a la Academia, con seguro actuaciones que volverán a poner los pelos de punta. ¿Vendrá de visita alguno de los concursantes de OT23? Para descubrirlo habrá que ver este otoño Operación Triunfo 2025.

Leer más
Kendrick Lamar: La “revolución televisada” que sacudió el half-time show de la Super Bowl

Kendrick Lamar: La “revolución televisada” que sacudió el half-time show de la Super Bowl

El primer rapero en encabezarlo en solitario, convierte el show central de la final de la NFL en un grito de protesta, pulverizando récords y desafiando sin censura a Trump y Drake. Si hay eventos que trascienden el ámbito deportivo, la Super Bowl siempre encabeza la lista. En 2025, la NFL sorprendió al mundo al entregar su escenario a Kendrick Lamar, quien, en apenas 15 minutos, convirtió el Half Time Show en un manifiesto poético y político que resonaría en todos los canales de la cultura americana. Lejos de ser un simple despliegue musical, la actuación se erigió en una declaración de principios, cargada de simbolismo y denuncia política y social. Contexto histórico y cultural Kendrick Lamar, ya consagrado tras haber ganado 5 Grammy por su tema Not Like Us, se encontraba en el epicentro por ser ya uno de los “beefs” más comentados del panorama musical. La rivalidad con figuras como Drake se había convertido en materia de debate entre fanáticos y críticos, mientras el rapero no perdía ocasión para cuestionar los mecanismos del poder y la complicidad de la industria. En un contexto donde la polarización y la crisis de identidad nacional se entrelazaban, Lamar decidió que su intervención en la Super Bowl no podía ser menos que revolucionaria. La elección del Super Bowl como plataforma no fue casual. Este evento, que une a millones de espectadores en torno a un espectáculo deportivo, se transformó esa noche en un campo de batalla simbólico donde se disputaba, a golpes de versos y metáforas, el futuro de una nación dividida. La protesta de Kendrick no era únicamente musical, sino más una respuesta visceral a las contradicciones de un sistema que, ahora encabezado por Trump, volvía a olvidar las promesas de igualdad. El gran juego americano El montaje del espectáculo fue cuidadosamente ideado para impactar y hacer pensar. El escenario, que se asemejaba a un mando de PlayStation, simbolizaba el inicio de un juego en el que las reglas eran las de la revolución. “La revolución está a punto de ser televisada, elegisteis el momento adecuado pero el chico equivocado”, comenzó Kendrick. Esta declaración insinuaba que se abría una guerra simbólica contra un sistema corrupto. El diseño del escenario invitaba al público a imaginar que, en un abrir y cerrar de ojos, el «gran juego americano» estaba a punto de comenzar. El anuncio fue realizado por El Tío Sam, encarnado de manera insólita por Samuel L. Jackson, quien reinterpretó el arquetipo de la personificación de Estados Unidos. En esta versión, El Tío Sam no solo vestía los colores patrios, sino que en su piel, como gran defensor de los derechos de la cultura afroamericana, simbolizaba delante de Trump una América en la que ellos también existen. Una protesta visual y sonora Desde el primer compás, quedó claro que la actuación era mucho más que entretenimiento: era una protesta. El elenco de bailarines, conformado íntegramente por afroamericanos, apareció vestido en azul, blanco y rojo, evocando la bandera de Estados Unidos. Sin embargo, la imagen se transformaba por momentos en algo más complejo al representar una bandera fragmentada en dos bandos, reflejo de la división y contradicción que afectan a la nación. Cada movimiento coreográfico fue una pincelada en un mural vivo de resistencia, en el que el arte se convirtió en el vehículo para denunciar las injusticias. La puesta en escena se desarrolló a través de una dinámica de pregunta-respuesta entre Kendrick y El Tío Sam, un diálogo en vivo que fusionó la crítica social con el poder de la música. Este formato permitió que el mensaje se transmitiera de forma directa, haciendo del show una especie de foro interactivo donde el público era testigo de un debate simbólico sobre el destino de la sociedad. El Diálogo de Confrontación: Kendrick vs El Tío Sam Durante la interpretación de temas emblemáticos como «HUMBLE» y «DNA», la figura de El Tío Sam interrumpía la narrativa musical para emitir comentarios cargados de ironía y crítica. Con tono desafiante, el personaje exclamaba: “¡Demasiado irresponsable! ¡Demasiado ghetto! Mr Lamar, ¿seguro que sabes jugar al juego?” Este intercambio no era solo un recurso escénico, sino una representación de la tensión existente entre la imagen oficial del país y la cruda realidad que muchos vivían día a día. Salirse de lo correcto, no es bonito en E.E.U.U. La confrontación se intensificó durante la interpretación conjunta con SZA, cuando temas como «Luther» y «All the Stars» se convirtieron en el preludio de una respuesta igualmente mordaz por parte de El Tío Sam, quien replicó que aquello era “lo que América quiere: agradable y relajado”. Esta respuesta, llena de sarcasmo, evidenciaba la paradoja de una nación que prefiere el entretenimiento desprovisto de cuestionamientos a una verdadera confrontación con sus problemas estructurales. El formato de diálogo permitió que el público viviera, casi en tiempo real, la confrontación de ideas: un Kendrick que exigía responsabilidad y verdad, y un El Tío Sam que, con ironía, defendía un status quo conformista. El Ataque a Drake: La Culminación de una Guerra Simbólica Uno de los momentos más inesperados y polémicos de la noche se dio en el manejo del tema «Not Like Us». En un giro sorprendente, Kendrick Lamar inició la interpretación anunciando el tema, pero en el último instante se detuvo abruptamente y se dirigió al público con la frase: “A Drake le gusta demandar.” Esa pausa, cargada de tensión, dejó al espectador en un estado de incertidumbre y anticipación. Pocos minutos después, tras cantar «Luther», Lamar desató la locura y comenzó a cantar Not Like Us con una intensidad inusitada, dejando de lado cualquier tipo de censura, sobre todo en la parte en la que dirigía sus críticas a Drake. A sabiendas que podría ser demandado si pronunciaba su nombre en televisión. El simbolismo fue una constante a lo largo del espectáculo, y cada detalle parecía estar cuidadosamente diseñado para enviar un mensaje. Uno de los elementos más comentados fue el collar que lució Kendrick Lamar, con la “A Minor”. Más que…

Leer más
Volver arriba